…o quieres realzar alguna de las estructuras que bordean las ventanas, paredes de piedra, marcos de madera, resaltes… sin renunciar a su decoración, tienes en los visillos construidos en tejido de organza la mejor alternativa.
Primero veamos que es una organza. Según el diccionario de la RAE: Tejido ligero de seda o algodón, transparente y semirrígido, más fino que la muselina, empleado especialmente para la confección de ropa femenina
Por lo tanto, aplicado a cortinas, es una tela fina, transparente y rígida que puede estar bordada. Recibe un acabado químico que le da esa característica de almidonado que no se quita con los lavados.
Los visillos de organza ofrecen una ruptura visual muy agradable que confeccionados en cinta de fruncir, preferentemente muy rizada, no van a impedir la entrada plena de luz, permitiendo un grado justo de intimidad desde fuera hacia el interior y desde dentro hacia fuera un acceso visual pleno a las vistas exteriores.
Lógicamente quién utilice la organza como valor añadido a la integración del paisaje exterior con la decoración del interior mediante la luminosidad, debe elegir un tejido de acorde a la orientación de la habitación, para que éste no sea demasiado descubierto, si las ventanas de la habitación están orientadas a la luz directa del sol, ya que ésta podría dañar muy rápidamente las cortinas o demasiado transparentes si buscamos un cierto grado de intimidad.
Igualmente desaconsejable es la utilización de los visillos de organza para vistas exteriores que den, por ejemplo, a patios interiores mal iluminados.