Hay entusiastas de los colores lisos y amantes de los estampados… que no se atreven, porque no están seguros de cómo utilizarlos.
La forma más segura y fácil de no equivocarse es escoger un solo motivo o dos que coordinen entre si y repetirlos en distintos lugares, sillón, cojines, cortinas…
Igualmente combinables pueden ser estampados diferentes pero en la misma gama de color.
Mezclar tres motivos o más es muy personal y más arriesgado: Todos los motivos escogidos deberían estar perfectamente complementados en color y diseño.
Un estampado atrae más la atención que un color liso. Si hay demasiados en una habitación pequeña o con muchos muebles, puede crear una sensación de agobio. Por el contrario, un estampado en una habitación con pocos muebles puede disimular el relativo vacío.
Pequeños motivos repetidos disimulan rincones y ángulos que puedan disgustar, agrandando, además una pequeña pieza.
Por el contrario, grandes motivos atrevidos empequeñecen una habitación y utilizados en los muebles les dan una apariencia mayor.
En las cortinas, los motivos audaces se suavizan debido a los pliegues de su confección, siendo muy favorecedores los dibujos grandes para ventanales.